Un jardín debe estar diseñado para que lo disfruten las personas, sino también para que muchas especies locales silvestres encuentren en él refugio, comida o lugar de residencia. También una terraza, e incluso un balcón puede ayudar a fomentar esta biodiversidad ofreciendo, por ejemplo, un refugio para insectos. Nuestras sencillas guías de bricolaje te ayudarán con el diseño de jardines silvestres, o incluso a la creación de espacios al aire libre adecuados para la vida más calurosa como puede ser un jardín silvestre mediterráneo.
Hay otras ideas sencillas que pueden hacer que tu jardín silvestre mediterráneo sea un lugar más acogedor para los animales: sólo es cuestión de entender qué necesitan. Añadir una fuente de agua o cambiar tu rutina de limpieza puede marcar una gran diferencia.
Ofrecer un refugio a las criaturas de jardín no tiene por qué ser complicado. Puedes dar un gran impulso a la vida silvestre local simplemente siendo menos minucioso al limpiar tus plantas silvestres para jardín. Muchos insectos hibernan en hojas y arbustos muertos, así que si no los quitas, estarás ofreciéndoles un lugar seguro donde pasar las semanas más frías.
Los montones de hojas del jardín son un gran refugio para la vida silvestre durante el invierno. En lugar de retirarlas todas, te recomendamos que amontones algunas en un rincón de tu jardín y las dejes como refugio para que hibernen los animales. Con un soplador te será muy fácil amontonar rápidamente las hojas en un rincón tranquilo del jardín, donde los animales puedan asentarse hasta el año siguiente.
Aves, insectos, erizos y ardillas necesitan agua para sobrevivir, por lo que en un jardín silvestre es esencial que haya siempre agua disponible. Un estanque de jardín es un gran regalo para la vida silvestre, ya que es un hábitat en sí mimo y abastece de agua a animales de todos los tamaños. Para que sea realmente práctico, asegúrate de que contenga zonas con distintas profundidades para que, incluso los animales pequeños puedan entrar y salir fácilmente. Añadir rocas grandes es una buena manera de hacerlo y crea un aspecto natural.
No tienes por qué renunciar al diseño de jardines silvestres aunque no puedas poner un estanque: un bebedero para pájaros o incluso un pequeño plato de poca profundidad lleno de agua son suficientes para abejas y a otras especies pequeñas. Pon unas cuantas piedras o canicas en el agua para que los insectos puedan salir fácilmente. Limpia el recipiente y cambia el agua a diario para evitar bacterias y enfermedades.
Muchas de las plantas silvestres para jardín que nos gustan a los seres humanos no tienen ningún interés para los insectos. El polen se produce junto al néctar, que es vital para los insectos, y los insectos son esenciales para la polinización, así que asegúrate de tener muchas variedades de flores atractivas para ellos en tu jardín. Busca tipos de flores simples o semidobles en las que el centro amarillo cubierto de polen se vea claramente.
Entre los favoritos de los polinizadores se incluyen:
Las plantas silvestres para jardín autóctonas suelen ser buenas candidatas para los insectos locales, pero comprueba que la zona central donde está el polen sea accesible y que no se hayan cultivado para formar pétalos adicionales.
Las hierbas y los arbustos también desempeñan un papel importante en el diseño de jardines silvestres. Ten en cuenta que los insectos y las aves a menudo evitan las plantas exóticas. Por lo tanto, deberías evitar forsitias, enebro de China y espino de floración roja, y mejor recurrir a plantas autóctonas como el enebro y el espino. Entre las especies adecuadas se incluyen:
Intenta dejar un espacio para decorar con piedras en tu jardín y proporcionar un buen hogar a sapos, musarañas, insectos, arañas, erizos, caracoles y lagartijas. A todos les encanta vivir entre grandes piedras y plantas silvestres. Coloca el montón de piedras entre la hierba y los setos para proporcionar comida a tus nuevos vecinos, y ubícalo en un lugar soleado para que las piedras se calienten rápidamente y suministren calor a los animales de sangre fría. Comprueba que no haya rincones donde pueda acumularse el agua y deja espacios entre las piedras lo suficientemente grandes para que los distintos animales puedan entrar y salir sin dificultad.